Como ya es tradición, este es el tercer año que Pancho y yo nos dejamos caer por allí. Y no en vano, ya que es el mercado medieval más grande de toda EUROPA, abarcando casi toda la ciudad, y donde todos los puestos han sido debidamente ambientados y decorados, y hasta los tenderos van caracterizados. Se trata de un mercado artesanal donde destacan los puestos de plata, cuero y alimentos tradicionales, pero que se intercalan con recreaciones de herrerías y cesterías, un grupo de cetreros con varias rapaces (impresionantes, os recomiendo que los busquéis, los buhos son alucinantes), y hasta un pasacalles donde vemos al Caballero de la Triste Figura junto a Sancho Panza recorriendo la calle mayor de la ciudad y hasta la Plaza Cervantes.
Este año se han dejado ver los recortes, habiendo menos puestos y prescindiendo de la mula de Sancho y Rocinante, relegando a Caballero y Escudero a ir a pié por las calles. Independientemente de esto y, como siempre, el mercado es absolutamente alucinante. Puedes encontrar de todo, y todo puedes emplearlo para tu mesa de juego (¿o qué os creíais? esto es un blog de rol y juegos...) desde las clásicas bolsas de cuero para tus dados, hasta cuernos de cerveza y de llamada, pasando por gorros de aviador de piel, cajas talladas a mano, fundas de piel para libros y juegos de corte medieval.
Pues bien, este año Pancho me ha regalado una recreación de un juego llamado Hneftafal, un juego que ya aparece en algunos poemas de la Edda Poética de los países Escandinavos.
Se trata de un juego similar al ajedrez Europeo, con la excepción de que en éste se simula una batalla a campo abierto, mientras que el Hneftafl simula un asedio. En este juego 2 jugadores (blanco y negro) se enfrentan entre sí. El jugador blanco posee 2 tipos de piezas: peones y rey, siendo éste el asediado; el jugador negro es el atacante y solo dispone de peones. El objetivo del jugador Blanco es que el Rey consiga escapar por alguna de las esquinas del tablero, mientras que el jugador negro debe capturar al rey. Para ello, todas las piezas mueven como si se tratara de la torre del ajedrez.
Fue una buena tarde de domingo, pero que podría haber ido mejor si no se hubiese pasado por agua y no hubiéramos dejado el paraguas en el coche...
Salud y Rol
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